martes, 24 de febrero de 2009

Una mañana abrió los ojos, y solo ese rostro miraba. Se levantó, y era él lo único que veía. "estoy ciega"-pensó.
Pero nunca, nunca, había sido tan feliz.

1 comentario:

dado malvado dijo...

Lo que más me gusta de lo que escribes es que está cargado de honestidad y sentimiento. Ese es para mí el verdadero sentido de las letras.