Que va a ser de nuestras vidas, me pregunto. Y en mi mente trazan vuelo las palabras de Serrano, recordando eternamente esas muchachas que quiso allá y a lo lejos. Y yo no quiero recordarte mas, no quiero sentir la carga de tu vida y de lo que habríamos sido juntos. Del hoy que no habitas a mi lado, de este día a día sin tu mirada siquiera.Esa desazón de futuro, ese nosotros que no nos abarca, esa prolongación trunca. El fracaso es un sacudón al ego, a la perspectiva óptima de nosotros mismos. Nos desnuda y nos empequeñece. Nos dice que somos carne y nervios y sangre y lagrimas. Nos pierde de lo que creíamos ser, para mostrarnos lo que somos, sin mentiras ni verdades a medias. El fracaso nos pone de cara con nosotros mismos, sin que medien proyectos o esperanzas.
Con vos he usado los colores primarios de mi alma y los secundarios, las luces y las sombras. Vos caminabas dentro mio por senderos desconocidos hasta para mi, me hacías creer, y alguien que tiene fe, puede con todo...
Yo no te acuso, Martín, no podría. Nada mas duele, y creo que vos podes entender de lo que hablo. Desparramar estas ideas con nombre y firma no cambia una realidad que convive conmigo, no hilvana armoniosos los recuerdos, ni repara el daño causado por los hechos y las palabras (BENDITAS LAS PALABRAS) que como dagas certeras, afiladas y venenosas tantas veces se clavaron en tu espíritu y viceversa.
Yo te quiero, Martín, voy a hacerlo siempre. En medio de tantas equivocaciones rescato el amor intacto,ajeno a vos y a mi, puro en su forma y todo su concepto. Amo tu persona por encima de mis pretensiones y mis expectativas. Te amo así, porque así me has enseñado, porque así te he aprendido.
Que va ser de nuestras vida, me pregunto. Y te lloro desde el exilio de tu sombra, sabiendo con certeza plena, de que lejos mio, la felicidad está a tu alcance.
Que va a ser, me pregunto, que va a ser...