miércoles, 25 de febrero de 2009

Como dice la canción: -"lo que daría, porque vuelvas algún día, por tener en la pared, tu sombra al lado de la mía...lo que quieras, yo hago lo que quieras."-
MONTONES DE NECESIDAD DE USTED. HECTÁREAS DE AMOR LISTO PARA LA COSECHA.
SE LE EXTRAÑA.

martes, 24 de febrero de 2009

Una mañana abrió los ojos, y solo ese rostro miraba. Se levantó, y era él lo único que veía. "estoy ciega"-pensó.
Pero nunca, nunca, había sido tan feliz.

jueves, 19 de febrero de 2009

¿ Que elegiría, si pudiese, como el momento mas feliz que he vivido con vos?
Sonrío, y paso de las noches interminables a las fiestas, de las mañanas que nos sorprendió juntos a las tardes en un bar perdido, vos y yo, perdiéndonos también de las vida y de nosotros, encontrándonos en ese umbral que solo a tu lado he podido recorrer.
La hora de comer, cuando me deleitaba viendo la manera en que agarras el pan, esa manera única y simple que tanto me enternece.
El sexo como una batalla de cuerpos, sin palabras que medien en esa colisión. El sexo como una furia, como un alivio, como una bendición.
La ternura eterna de algún instante. Las miradas en exclusiva, o tu voz repartida para cualquiera que desee escuchar.
Si tuviera que elegir, por difícil que resulta para mi, tengo un momento que no es como ningún otro. Mi pecho aferrado a tu espalda, con la desesperación con la que aferraría nuestras vidas, la noche, cubriéndolo todo con su manto apacible de permisiones, el viento en nuestras caras. El frío externo, la calidez interna. Tu risa fuerte, como ninguna, como todas las alegrías juntas de este mundo, tu mano en alto.
Si pudiera elegir, esto es lo que elegiría. Esta complicidad que se le escapa a las palabras, este momento que permanece latente en mi.
Abrir los ojos, despertarme. Repetir tu nombre, ver la luz que filtra las persianas.
Sentarme, mirar por la ventana. Inundarme de día, beber la mañana.
Bajar las escaleras, pisar el césped húmedo todavía de rocío. Saludar mis perros, sentirme bien amado. Recordarte, entonces. Pensar en las distancias.
Añorarte desde los huesos, sentir el hueco que en el pecho me has dejado. Sentirme dañado. Y pensar que arriba duermes, pensar que yaces a mi lado. Que tu respiración ruge en mi oído, como mar agitado, como ventisca de febrero, como llovizna en el campo.
Pensar que morando tan cerca, vives en otro lado.