Siguió lento y suave, casi imperceptible, su camino. Las rodillas lo desconcertaron. Parecían responder a otra voluntad, mariposas en primavera, oleada de pirpintos inundando la ciudad. Las rodillas lo hicieron dudar.
Pero le dio vueltas y vueltas, tantas, que ya no podían andar.
Entonces siguió de nuevo,tomó la ingle y el sexo, el vientre llano y el pecho. Rodeó los hombros, llegó hasta los dedos. Cuesta arriba por el cuello, cerró labios, nubló la vista, elijió lo que olías y oías, y se enredó en tu pelo. Entró por los poros y fluyó con tu sangre.
Te abarcó todito, todito; en cuerpo y alma, entero.
Ahora te tiene de lleno, con sus falsas seguridades, con su destino cierto.
Estás quieto, estás conforme, estás ileso.
Estás TRANQUILO, la tranquilidad tiene ese precio.
DEJARSE TOMAR POR EL MIEDO, EN CUERPO Y ALMA, ENTERO.
..."pero mudo, absorto y de rodillas..."
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